Síntesis del discurso de Carmen Mercedes de Romero en la celebración del CCXXVI aniversario del natalicio de Simón Bolívar. |
Bolívar nació, estudió, luchó, fue el hombre de las dificultades y las venció; no se detuvo a criticar, no se sentó al lado de prominencias para sentirse él prominente. Cultivó de tal manera su mundo interior que se nos dificulta representarlo físicamente. Supo perdonar, no alimentó odios, fue amigo de los amigos, manejaba la espada con ambas manos y era capaz de dictar hasta tres cartas a la vez. Anduvo tanto por esta tierra americana: del Orinoco al Potosí dio el equivalente a dos veces y media la vuelta al mundo. Con todos los problemas que tuvo que resolver, se desvivió por unificar ideas para una sola causa: la Libertad.
¿Y la justicia? Es una palabra de difícil interpretación. La justicia Aristotélica es simplemente dar a cada cual lo suyo. Cabe aquí recordar lo que Bolívar escribe a Santander en 1825, refiriéndose al francés De Molien: “Ciertamente que no aprendí ni la filosofía de Aristóteles, ni los códigos del crimen y del error…”.